¿Qué es la Psicología Humanista – Existencial?
El humanismo alude a una concepción filosófica que resalta la dignidad del ser humano y un ideal de vida. El existencialismo por su parte pone énfasis en la existencia, en como los seres humanos viven sus vidas, en la experiencia del ejercicio o de la renuncia de la libertad.
La psicología humanista considera que el hombre es más que la suma de las partes, que lleva a cabo su existencia en un contexto humano, es consciente y tiene capacidad de elección, también es intencional en sus propósitos, sus experiencias valorativas, su creatividad y su reconocimiento de significación.
El abordaje terapéutico se centra en la persona y su experiencia interior, así como en su significado para ella, enfatiza las características distintivas y específicamente humanas como la creatividad, la decisión, la autorrealización. Se interesa por el desarrollo pleno del potencial inherente a cada persona consigo misma y con los demás.
La visión existencialista propone como punto de partida la comprensión de la personalidad, la tendencia percibir significados en los sucesos y ser así capaz de trascender situaciones concretas. Considera que las diferencias individuales se extienden en un continuo que va desde el ser auténtico (decisiones basadas en el futuro, el crecimiento y la realización) hasta el conformista (decisiones basadas en el pasado, lo conocido)
Según este abordaje los trastornos representan una alteración del ser-en-el-mundo, este puede ser estudiado, descrito y rectificado. El objetivo de la psicoterapia es entender el proyecto existencial de la persona y ayuda a asumir la propia experiencia en toda su plenitud, descubriendo las formas y áreas de alienación para recobrar la autoposesión y la autodeterminación.
¿Qué es la Psicología Cognitiva – Conductual?
La psicología conductual estudia la conducta del individuo a partir de los observable, partiendo de la ecuación más básica conformada por un estímulo y una respuesta (Pavlov 1949-1936)
“La conducta es lo único real, objetivo y práctico en tanto que la conciencia es abstracta y fantasiosa”. Jhon Watson (1878-1958)
Luego se observó que determinados comportamientos se adquieren, mantienen o extinguen en función de las consecuencias que le siguen (Skinner 1904-1990).
Ya por el año 1960 Albert Bandura dió un salto a la concepción de que el comportamiento humano era el resultado de la interacción recíproca entre el ambiente y el comportamiento e incluyó un tercer elemento, los procesos psicológicos de la persona. Pudo así explicar muchos aprendizajes que no había sido por medio de experimentación directa, sino a través de la observación u información recibida verbal o visualmente.
La psicología cognitiva era originalmente una disciplina que investigaba los procesos a través de los cuales el individuo obtiene conocimiento y conciencia del mundo.
“No son las cosas mismas las que nos perturban, sino las opiniones
que tenemos de las cosas” Epícteto.
El cognitivismo considera que el individuo es un sujeto activo que procesa la información de manera intencional.
Según Jean Paget (1896-1980) la asimilación mental consiste en la incorporación de los objetos dentro de los esquemas del conocimiento, esquemas que no son otra cosa sino el armazón de acciones que el hombre puede reproducir activamente en la realidad.
El abordaje terapéutico de ambas concepciones da origen a la Terapia Cognitiva-conductual o comportamental, donde se analiza el esquema mental, las creencias, los procesos cognitivos, el ambiente o realidad y las conductas o comportamientos que surgen de esa interacción en cada una de las personas y sus desequilibrios.
Las distorsiones del pensamiento, las creencias irracionales de uno mismo, de los que nos rodea, del pasado y del futuro son causantes de depresión o ansiedad y son modificables eficazmente desde este abordaje.