Son indispensables para la supervivencia física y psíquica de la persona.
Las caricias son fuente de energía positiva o negativa según la valencia que tengan.
En todos los casos preferimos las caricias negativas a no obtener nada.
Las caricias afectan siempre al concepto que la persona tiene de sí misma, de sus atributos y a su desarrollo posterior.
Las caricias incondicionales son las más fuertes.
El efecto de la caricia depende de la calidad con que está dada. Esta calidad depende de 5 atributos, Sinceridad, Personalización, Adecuación, Dosificación y Argumentación.
Cada persona tiene sus umbrales de recepción de caricias; algunos necesitan más y otras menos.
Cada individuo tiene un canal preferente en la recepción de caricias: visual, gustativo, táctil, etc.
Pueden ser acumuladas en un banco de caricias para luego recurrir cuando lo necesite.
Cada individuo dispone de un filtro de caricias y en función de él recibirá, rechazará o aceptará unas y no otras.
La caricia es un recurso natural, gratuito, inagotable y que está al alcance de toda persona.
Solamente dan caricias positivas las personas que se consideran valiosas a sí mismas.